La reveladora fórmula de Harvard para cambiar cómo perciben tu talento
Te presento a David Blane, un ilusionista.
Imagínate que no lo conoces de nada.
Tú tienes una empresa de espectáculos y eventos.
Él te llega y te dice:
“Hola, soy un ilusionista, entreno mis capacidades físicas y psíquicas y me encanta entretener a la gente”.

Bien, dices, bueno, uno más.
Seguramente tendrás cientos de curriculums de gente que le encanta entretener a la gente.
Pero y si te dice:
“Hola, soy ilusionista, y soy capaz de aguantar la respiración bajo el agua durante 17 minutos y 4 segundos.”
Dices, coño, este tío es la hostia. Yo quiero tenerle en un espectáculo mío.